Cuando éramos niños deseábamos crecer para que nuestros padres nos dieran una mayor libertad, lo irónico es que ahora que somos adultos añoramos volver a ser niños y nos justificamos diciendo que no teníamos mayores preocupaciones y nuestro mundo era básicamente estudiar y jugar.
Esta infancia es la que deberían tener todos los niños del mundo Lastimosamente, la realidad es otra. Muchos niños han sido víctimas de guerras y conflictos internos de cada país.
Cada día escucho en las noticias “niño muere por una bala perdida en el norte de la ciudad” o “robo de local acaba con la vida de un niño” . Creo que todos concordamos en que no es justo que por un conflicto entre adultos tenga que terminar pagando las consecuencias un niño que se encontraba en el momento y lugar equivocado.
Lo cierto es que estos problemas privan a los niños de vivir una infancia normal, sus únicas preocupaciones deben ser estudiar y jugar y no el hecho de preocuparse por sus vidas.
Para poder apreciar más de cerca esta realidad y verla desde la perspectiva de un niño, les recomiendo la película “Los colores de la montaña”, la historia de un niño (Manuel) y sus amigos. Manuel sueña con ser un arquero profesional y durante un juego con sus amigos, su balón cae detrás de una reja en un campo minado. A pesar del peligro, ni Manuel ni sus amigos se irán hasta recuperar el balón. Una verdadera historia de amistad, con el factor especial de la inocencia de los niños.
Año de estreno: 2010
Director: Carlos César Arbeláez