Una esquina de uno de los barrios más famosos del país se tiñe de rojo y blanco y el acento del sur de Brasil habla más fuerte, mientras hacen eco las canciones de la hinchada del Sport Club Internacional. Un pequeño bar ubicado en Copacabana, Río de Janeiro, empieza tímidamente a reunir a los fans que, lejos de su tierra natal, buscan de un espacio para seguir a los juegos de su equipo. Después de algunos años, más que un punto de encuentro, el bar Copinha demuestra ser un microcosmo que denota la pasión del brasileño por el fútbol, y sugiere que los sentimientos que se crean en torno a esa pasión van mucho más allá del fanatismo de cualquier hinchada.